martes, 15 de enero de 2008

Fuerteventura


Testigo eres, de mi amor verdadero, desierta y silenciosa, acogedora tierra de refugio y consuelo, para corazones heridos, a donde si bien es dicho... Uno llega llorando y se va también llorando...
Tierra de la que me enamoré, por las vivencias que experimenté, esa sensación de libertad cuando mas la necesitaba, paz y sosiego. Donde encontré el amor y sentí la pasión mas arrebatadora.
No tengo mas que elogios para mi Fuerteventura amada.